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miércoles, 21 de mayo de 2014

¡Gracias Pippi!

Hace pocos meses creé este blog con la ilusión de algo nuevo que comienza. Siempre me había llamado la atención eso de inventar un nombre, elegir un diseño y darle personalidad a un espacio. Algunos me dijeron "un blog, ¿para qué?", así que en esta entrada escribiré por qué decidí abrir las puertas de Los mundos de Imi, pero antes- ya sabréis por qué- quiero contaros cuál ha sido mi personaje favorito desde que era una niña: Pippi Calzaslargas.

Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta, Hija de Efraim Långstrump (ese es su nombre completo), es la niña más fuerte del mundo. A sus 9 años, vive con su caballo Pequeñotío y su mono Señor Nilson en una enorme casa llamada Villa Kunterbunt. Es huérfana de madre  y su padre es pirata, rey de los mares del Sur. Esta niña imaginativa, estrambótica y apasionada vive entrañables aventuras junto a sus amigos Tommy y Annika, siempre desafiando cualquier convencionalismo social.

Me gusta su espíritu libre y actitud rebelde. Quizás fuera una serie poco educativa para el público infantil, aunque yo, a pesar de ver una y otra vez todos sus capítulos, siempre fui responsable y obediente. Sin embargo, Pippi ha debido transmitirme algo de su filosofía, pues siempre he odiado los protocolos, el “quedar bien” y las cosas que hace todo el mundo porque “siempre ha sido así”, aunque ya no tengan sentido alguno... Pippi se negaba a seguir las normas y vivir en un hogar infantil y yo, de alguna manera, también me niego a formar parte un mundo tan convencional que en muchas ocasiones nos obliga a actuar como animales domesticados y apenas deja espacio para la inocencia, los sueños y la imaginación. 

Por eso decidí crear Los mundos de Imi. No pretendo enseñar nada nuevo a nadie. No es un blog de moda, de noticias ni de cultura. Solo quiero recoger en un espacio parte de lo que soy, lo que me gusta, lo que me indigna, lo que me inspira… A veces actúa como diario, otras como baúl donde guardar lo que voy encontrando. 

         Alguien me dijo que todos deberíamos crear una “carpeta de salvamento” para los momentos bajos. Una carpeta donde incluyamos todo lo que tiene sentido para nosotros, y así, cuando nos sintamos perdidos, abrirla y recordar lo que nos mueve. Pues bien, esta podría ser mi carpeta de salvamento. Este pequeño blog me ayuda a reflexionar, organizar mis ideas y expresarme.

Las reglas son sencillas: entra siempre que quieras, curiosea, quédate el tiempo que haga falta, di lo que piensas y llévate lo que te guste. Sólo una cosa está prohibida: robarme la ilusión.


                      

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